Rimas y Juegos de dedos impulsan el desarrollo del cerebro y la capacidad de pensar

06.06.2013 00:32

"Las rimas y los juegos infantiles de movimiento promueven el desarrollo físico y sensorial, el lenguaje y la comunicación, la capacidad de atención, concentración, memoria e imitación. En definitiva, promueven aquellas facultades imprescindibles para el aprendizaje cognitivo y para el despliegue de la vida afectiva.

Si a las enormes virtudes del control del movimiento sumamos las virtudes de un lenguaje correcto en el más amplio sentido de la palabra, entonces vemos que las rimas y canciones con movimiento, ya sea de juegos de dedos o de todo el cuerpo, constituyen una verdadera joya y un regalo para el desarrollo infantil, ya que además de “estimular” lenguaje y movimiento, por su carácter lúdico, alegre y rítmico‐sonoro, respetan la integridad del niño: no aceleran el proceso intelectual, le permiten ser niño, divertirse, jugar…

Rudolf Steiner explicaba cómo los juegos de dedos y otras tareas que fomentan su destreza impulsan el desarrollo del cerebro y más tarde, la capacidad de pensar. El neurólogo profesor de la Universidad de Helsinski, Matti Bergstrom lo define de esta manera: “El cerebro descubre lo que los dedos exploran. Si no usamos nuestros dedos, si durante la infancia nos convertimos en ‘ciegos de los dedos’, la rica red de nervios empobrece, lo que representa una pérdida enorme para el cerebro y merma el desarrollo global del individuo. Si descuidamos el desarrollo y la educación de los dedos de nuestros niños y la capacidad formadora creativa de los músculos de las manos, lo que descuidamos es el desarrollo de su comprensión de la unidad de las cosas, mermamos sus capacidades creativas y éticas. Los que crearon nuestras viejas tradiciones siempre comprendieron esto. Pero hoy, la civilización occidental, obsesionada por la información que supervalora la ciencia e infravalora lo que verdaderamente tiene valor, lo ha olvidado todo. Sufrimos un ‘daño de valores’.”

Fuente: Tamara Chubarovsky, Villanueva de la Vera, octubre 2012